Investigadores advierten que a veces los consumidores del cine para adultos intentan modelar su vida sexual a la de las pantallas.
Investigadores australianos advirtieron que la pornografía podría considerarse peligrosa cuando en la vida real se trata de imitar a las películas para adultos.
En el tercer día de la conferencia Women’s Worlds organizada en la Universidad de Ottawa, Renate Klein, autor y profesor emérito sobre estudios de la mujer en la Universidad Deakin en Melbourne, detalló que la pornografía se ha vuelto tan omnipresente en la vida de las personas que muchas de ellas están empezando a modelar su vida sexual real sobre la pornografía.“Los hombres en las películas XXX son musculosos, tienen erecciones que duran horas y las mujeres no tienen vello, están bronceadas y mejoradas quirúrgicamente. Estas imágenes se convierten en el ideal sexual de los espectadores e intentan estar a la altura de un guión irreal”, afirmó Klein.
Esa actitud por buscar un ideal inalcanzable empeora si se toma en cuenta que el sexo pornográfico se basa en la idea de sumisión y dominación, donde se reduce a la mujer a “una estación de servicio para satisfacer las necesidades sexuales de los hombres”, agregó.
Según Klein, este es un gran problema cuando los niños de tan sólo 11 tienen acceso a ver pornografía.
“Un niño de 11 años de edad, que ve, que no tiene nada que se compare con el actor, piensa que ese es el tipo normal de la sexualidad”, dijo. “Y luego, cuando tiene una novia y se despierta el interés sexual por ella, tal vez querrá que haga cosas por el estilo. De esa manera, el adolescente no sabe que esa no es la forma normal de tener relaciones sexuales.”Durante la charla, Klein y sus colegas apuntaron que la pornografía no sólo son imágenes, pues las consecuencias al presentar relaciones sexuales sin el uso del condón puede aumentar el riesgo de infecciones de transmisión sexual en quienes las observan y después pretenden imitar, asimismo, dijo al practicar algunas posturas sexuales de las películas pornográficas, los espectadores desconocen que las mujeres podrían resultar con daños en las vaginas o el ano.
El investigador Klein advirtió que la pornografía es cada vez más fuerte e irreal. “Ahora los consumidores de porno quieren algo diferente”, dijo. “Ellos quieren actos más audaces”.
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